Llegado el verano nos apetece algo fresquito a todas horas. El sol pega fuerte a todas horas y hay que hidratarse para evitar insolaciones y golpes de calor, que podrían amargarnos las vacaciones teniendo que pasar tiempo en el centro de salud en lugar de en la playa. Aparte del agua, una de las mejores, y más agradables, formas de hidratarse son los helados. En esta entrada te enseñaremos cómo hacer helado de mandarina casero muy sencillo.
Como ya sabrás, la mandarina es uno de los miembros más populares de la familia de los cítricos. Contiene mucha vitamina C, un potente antioxidante que fortalece tus defensas y lucha contra los radicales libres, con lo cual ayuda en la prevención de muchos tipos de cáncer.
También contiene pectina, una de las formas de fibra soluble. Esta te ayuda a bajar los niveles de colesterol y mantener tu circulación sanguínea en orden.
Receta de helado de mandarina casero
Ingredientes:
- 250 gr de mandarinas peladas
- 400 ml de nata agria, o en su defecto yogur griego
- leche condensada a gusto para endulzar (también puedes usar miel, pero ten en cuenta que el gusto cambiará un poco)
La preparación es muy sencilla. Coge las mandarinas peladas y tritúralas o bien con la minipimer, o bien en la batidora de vaso, hasta obtener una pasta fina.
Con la ayuda de un colador fino cuela la pasta para quitar los tropezones que podrían resultar desagradables a la hora de comer el helado.
Vuelve a meter las mandarinas en la batidora y añade la nata o el yogur y la leche condensada. Bate unos tres minutos para que todos los ingredientes liguen bien.
Busca un recipiente apto para congelador y vierte la mezcla. Métela en el congelador. Tendrás que darle vueltas cada 20 minutos más o menos para que el helado quede cremoso y sin grumos congelados. Al cabo de 4 horas tendrás un delicioso helado casero de mandarina que no durará mucho. Fresquito y lleno de vitaminas.
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