No me gustan mucho los jabones que hay en el mercado y prefiero los artesanos y personalizados. Desde siempre me han encantado los jaboncitos de tocador de los hoteles y el roce súper agradable y cosquilloso de la pastilla en contacto con la piel. Lo que no me gusta es cualquier jabón que me reseque la piel y me deje como un estropajo, por ejemplo, los de glicerina que son muy secantes. Así que un día decidí comprar sosa cáustica y hacerme mi propio jabón. Anímate y pruébalo también.
Te voy a dar un par de consejos previos a la elaboración. Cúbrete bien por si salpica. Puedes usar unas gafas de natación para cuidar de tu ojos, camiseta de manga larga y guantes porque la sosa cáustica es tremendamente irritante, ya que tiene un pH muy bajo (básico) que enrojece la piel y la daña mucho.
Prepárate un sitio aireado y bien ventilado. La reacción de la sosa cáustica sobre el agua provoca muchos vapores, de modo que si te pones en un espacio descubierto, evitarás correr los riesgos.
Cómo elaborar tu jabón casero
La receta para hacer jabón casero es extremadamente sencilla. Son unos pocos pasos y sólo tienes que seguir estos puntos.
Medidas para hacer jabón casero:
- 300 ml de aceite (yo uso aceite que reciclo de la cocina, siempre que no esté muy quemado, se nota en el color porque se oscurece, lo filtro previamente para eliminar cualquier impureza y además, así reciclo). Sirve cualquier aceite, de girasol, de oliva, de coco, de almendras, etc.
- 150 gr de manteca (he probado la de cacao y la de coco, usa la que más te guste porque no se nota la diferencia)
- 150 ml de agua
- 50 gr de sosa cáustica (hidróxido sódico, NaOH)
- aceite esencial de tu aroma favorito (opcional)
- un recipiente de plástico
La elaboración paso a paso
- Por una parte mezclamos el aceite y la manteca, se mezclan en caliente en un cazo o en una olla a fuego lento.
- Mientras, en un recipiente de plástico (debe ser de plástico porque la sosa corroe los metales pero respeta el plástico), mezclamos el agua con la sosa. Se añade la sosa lentamente sobre el agua. No debes hacerlo al revés porque el agua sobre la sosa provoca una reacción peligrosa. Añadimos la sosa despacito y removemos con cuidado, sin agitar con un cucharón de madera o plástico, nunca de metal.
- Después mezclamos el aceite con la sosa y el agua. Siempre el aceite sobre la sosa y con cuidado.
- Añádele el aceite esencial que te guste o que necesites para tu piel. A mí por ejemplo me gusta el de tomillo porque es antiséptico y su aroma me resulta muy agradable.
- Después, pon la mezcla en moldes. Yo uso vasos de plástico y los lleno hasta la mitad, así después solo tengo que recortar el vaso para liberar la pastilla, queda con forma de flan.
- Hay que dejarlos como mínimo una semana secándose, mientras la reacción de saponificación (conversión de grasa en jabón por la sosa), se complete.
- Para conservarlos los rebozo en talco o en almidón de arroz y los envuelvo en papel de periódico hasta que llegue el momento de usarlos.
Prueba a hacerlo en tu casa, con tu perfume favorito. Verás que es muy fácil y de esta manera conseguirás un jabón natural y con la esencia que más te guste. Experimenta y diviértete.
¿Te gusta la idea de hacer tu propio jabón? ¿Lo has probado alguna vez? Comparte con nosotros.