El saúco es un arbusto verde, cuyos frutos son levemente venenosos en crudo, pero si se secan o cocinan, el veneno desaparece y quedan los efectos curativos que tienen un aprovechamiento amplio.
En primavera, mucha gente siente esa típica “fatiga primaveral”, pero no hace falta preocuparse. En breve los saúcos empezarán a florar, así que cuando vayamos paseando por ahí y nos encontremos con uno, podemos coger un poco de su inflorescencia y usarlo para preparar infusiones, sirope, miel, compresas para articulaciones dolorosas o para secar y guardar. Las bayas de saúco se pueden usar para hacer vino casero y mermeladas.
Efectos curativos del saúco
La flora de este arbusto contiene diversos aceites esenciales, flavonoides, ácidos orgánicos y un montón de vitamina C. Tiene efectos positivos en la regeneración de hígado, inflamación de los nervios trigémino y ciático, va bien contra neumonías y para bajar el azúcar en sangre. Actúa como prevención contra cáncer de todo tipo y puede tener efectos laxantes.
Donde más se aprovecha es en la curación de anginas, gripe, bronquitis, sudor excesivo, infección de vías urinarias (es diurético) y también para depurar todo el cuerpo.
La infusión de saúco se usa sobre todo en resfriados y gripes, ayuda incluso cuando se tiene fiebre. Se puede beber sin edulcorante o con miel. Se puede hacer gárgaras para disminuir dolor de garganta, encías, llaguitas en la boca o tos incipiente. La flor se puede masticar, sobre todo por dolores de dientes. Se usa también para preparar compresas para aliviar edenes. Quién tiene la piel sensible, puede probar el saúco para su limpieza.
Recogida y secado de la flor de saúco
La flora de saúco se corta o quita con la mano y se deposita en un recipiente donde no pueda recalentarse (la mejor opción es una cesta). Luego se cuelga y se deja secar, preferiblemente en la sombra con un máximo de 45 °C donde no pueda recalentarse. Hay que vigilar las flores para que no se vuelvan demasiado marrones, así se pierden muchas sustancias beneficiosas. Una flor bien secada debería tener un color amarillo claro.
Receta de sirope de saúco
Cogemos la flora cortada y lavada y la sumergimos en dos litros de agua. La dejamos todo un día. Después colamos el agua y le añadimos azúcar y zumo de limón. Cocemos alrededor de una hora. La mezcla hecha se puede diluir o guardar como sirope. Luego se pone a enfriar y está listo para servir.