Una de las enfermedades que perjudica a un porcentaje cada vez más alto de la población es la ateroesclerosis. Se trata del endurecimiento de los vasos sanguíneos. Y lo que causa esta enfermedad es justamente el depósito de colesterol y otros lípidos en las arterias. Éstas pierden elasticidad, se estrechan y por tanto no dejan paso al riego sanguíneo, lo cual puede provocar infartos o ictus.
Por eso llegamos con unos consejos básicos de cómo luchar contra el colesterol y aunque sea siempre lo mismo y lo oímos en todas partes, es necesario repetir y repetir porque sigue habiendo demasiados pacientes que sufren las consecuencias de tener el colesterol alto.
Bajar el consumo de grasas animales
En general, el colesterol se divide en bueno y malo. El bueno, beneficioso HDL cuya abreviatura se deriva del inglés high density lipoprotein, es muy importante para el organismo humano. Equilibra los efectos dañinos de las demás grasas y reduce el riesgo de depósito del colesterol malo.
Al contrario éste, en inglés LDL low density lipoprotein, es el causante del endurecimiento de vaso sanguíneos y enfermedades derivadas. Si queremos bajar el nivel del colesterol malo en sangre, lo primero que deberíamos cambiar son nuestros hábitos alimentarios. Se recomienda reducir el consumo de grasas de origen animal presentes en carnes grasas, vísceras o productos de leche entera. Deberíamos preferir las técnicas de preparación de comida como cocción, estofado o preparación al vapor y evitar el asado y frito.
Menos venenos modernos
En la prevención del alto nivel del colesterol LDL deberíamos eludir los cigarrillos, café, alcohol y estrés. La nicotina es responsable de aumentar la tensión arterial y rebajar el nivel del colesterol beneficioso. Los granos de café contienen cafestol, una sustancia que eleva el colesterol dañino. Si no somos capaces de empezar el día sin una taza de café, apostemos mejor por el colado ya que la mayoría de cafestol se queda en el filtro de papel.
Otra recomendación es la de reducir el alcohol. Aunque una copa de vino al día tenga una buena influencia en el sistema cardiovascular, por desgracia no la tiene en el nivel de colesterol en sangre. Y al final deberíamos estresarnos menos. El estrés provoca la segregación de adrenalina y cortisol, los cuales también hacen que aumente el nivel de LDL.
Vigilar el peso corporal
En los últimos 20 años crece el sobrepeso y obesidad en todo el mundo, ambos suben notablemente los valores del colesterol. Así que si queremos optimizarlos deberíamos vigilar nuestro peso. Las actividades deportivas deberían pasar a formar parte de nuestra rutina. Se recomienda practicar los ejercicios aeróbicos como correr, andar rápido, ir en bici, nadar etc.
Como ideal se considera esa actividad durante la cual mantengamos nuestro ritmo cardíaco entre el 60 y el 75 % de nuestro ritmo cardíaco máximo. Lo obtenemos restando del número 220 nuestra edad. Con el cambio de peso también está relacionada la adaptación de nuestro menú, donde no deberían faltar las grasas vegetales, fruta, verdura y legumbres.
Lecitina y vitamina E
Es conveniente fomentar la lucha contra el colesterol con vitaminas y minerales. En este aspecto muestra realmente efectiva la lecitina. Ésta es capaz de recoger el colesterol y luego diluirlo. Así ayuda en el transporte de grasas en el cuerpo y diluye depósitos de colesterol ya creados. Entre otros también contribuye en la reducción de peso y optimización de tensión arterial.
La lecitina se encuentra en el hígado, yemas, cacahuetes y soja. Pero el mercado ofrece también una solución para los que no consumen estos alimentos en cantidades suficientes en forma de cápsulas.
Un significado parecido tiene también la vitamina E. Se demostró que aumenta el nivel de HDL y reduce el de LDL. Si queremos tomarlo de fuentes naturales, tenemos que pillar almendras, aguacate o espinacas. La cantidad diaria recomendada nos garantizarán los complementos alimenticios.
Aceite de pescado y Q10
Existe una grasa animal que sí ayuda a reducir el nivel de colesterol. Se trata de aceite de pescado, el cual contiene ácidos grasos omega 3. Éstos evitan el depósito de grasa en vasos sanguíneos. Aunque normalmente deberíamos preferir alimentos frescos, en este caso es mejor asegurarnos con los complementos alimenticios. Las cápsulas de aceite de pescado no contienen ni plomo, ni mercurio, cadmio y otros metales pesados, mientras que el pescado fresco sí puede contenerlos.
Si usamos medicamentos que rebajan el exceso de colesterol, también deberíamos echar un ojo a los complementos con la coenzima Q10, ya que estos medicamentos con frecuencia influyen negativamente en los niveles de dicha coenzima. Es muy adecuado combinar la Q10 con los omega 3 porque así nos garantizamos una absorción completa de ella al organismo.