En la República Checa se incorpora una novedad en la lucha contra el cáncer. La cura con altas dosis de vitamina C a través de dósis intravenosa ya está disponible en algunos cetros oncológicos de Chequia. Sin embargo, parte de los especialistas esperarán hasta que los estudios clínicos confirmen definitivamente sus beneficios. La terapia intravenosa se suministra como un complemento de la cura antitumoral a largo plazo, dijo a los periodistas el farmacólogo checo Zdenek Procházka.
Ha afirmado que las dosis normales de vitamina C obtenidas de la alimentación o a través de pastillas sólo cubren las necesidades fisiológicas corrientes. Aunque ingiramos enormes cantidades de vitamina C, éste no llegará a la sangre por la barrera intestinal. Dado que la vitamina C es soluble en agua, el cuerpo eliminará el exceso a través de la orina.
Con la terapia intravenosa entra en la sangre una dosis que actúa como agente antiinflamatorio, antiinfeccioso y antioxidante. “Los últimos estudios americanos muestran que cuando se eleva la dosis aún más también es antitumoral,” explicó Procházka.
Esta terapia se puede aprovechar en la prevención de gripe, en la cura de alergias, enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Crohn y también para combatir el cáncer. De esta cura no se pueden beneficiar sólo personas que tienen problemas con los riñones y cálculos renales.
Para la prevención de enfermedades venosas o tumorales se recomienda una concentración de vitamina C en plasma de al menos 0,9 mg/cl, lo cual corresponde con la ingesta de 100 a 200 miligramos al día. Para conseguir efectos curativos hace falta crear en la sangre una concentración de 10 a 15 veces mayor.
“La dosis de 0,1 gramos por kilogramo del peso corporal fomenta las defensas y evita las infecciones y cómo enseñan los últimos estudios en oncología. Las dosis de 0,75 a 1,5 gramos por kilo sin embargo actúan como agente tóxico concentrado en las células cancerígenas, es decir las envenena para matarlas” resumió Procházka.
La vitamina C refuerza el efecto antitumoral de la cura oncológica estándar y al mismo tiempo protege las células sanas ante sus efectos no deseados. Aumenta la probabilidad de curarse o por lo menos contribuye en la reducción de los efectos segundarios y la calidad de vida del paciente mejora.
Las transfusiones de vitamina C se suministran desde hace unos meses en el Centro oncológico de Liberec. En el caso clínico de la médica Marta Holíková, la biopsia de hígado de un paciente con cáncer de páncreas avanzado expandiéndose al hígado mejoró después de tan sólo tres semanas aplicando esta cura y su calidad de vida aumentó notablemente.
El seguro no cubre las terapias intravenosas de vitamina C en la República Checa. Cuesta decenas de euros.