Si quieres adelgazar o simplemente cuidar de tu figura, integra las sopas en tu alimentación. Tómate un poco de caldo antes de empezar a comer, ya que éste preparará delicadamente a tu organismo para la entrada de la comida. Las sopas también aumentan la eliminación de jugos gástricos, estimulan el apetito y fomentan la pulverización de la comida en el estómago. Son adecuadas para personas que necesitan bajar su peso corporal ya que sacian rápido. Su gran volumen produce antes la sensación de saciedad y así funciona como un “stop” de atracarse.
Caldo como alternativa
Hoy, cuando la mayoría de la gente prefiere una alimentación ligera y variada con alto contenido de sustancias nutritivas, las sopas deberían tener un papel importante en nuestro menú. Por supuesto no todos los tipos, sino sobre todo caldos hechos a base de carne (huesos), verdura y especias. Le proporcionan al cuerpo minerales, vitaminas y fibra.
Hacer un buen caldo requiere su tiempo. Se tiene que cocer lentamente durante por lo menos un par de horas. En el caso contrario acortaremos el tiempo de la preparación, pero no dejamos que los ingredientes suelten la totalidad su aroma, sabor y componentes nutritivos.
Es importante mencionar que los pacientes que sufren de la enfermedad metabólica gota no deberían tomar muchas sopas. Caldos de carne concentrados pueden contener muchas purinas, las cuales aumentan el nivel del ácido úrico en la orina. Sus cristales se luego sedimentan en las articulaciones y son causantes de dolores desagradables.
El efecto fortalecedor de las sopas las conocían ya las abuelas de nuestras abuelas y los acreditan también los médicos. Un buen caldo ayudará a arrancar el cuerpo cuando éste tiene que luchar contra los resfriados, gripes y hasta resacas. Siempre se ha dicho que una buena sopa de ajo arregla el estómago en un periquete. Es un alimento fácil de digerir, recarga los nutrientes necesarios (proteínas, grasas e hidratos de carbono) y encima suministra líquidos, por tanto ayuda a hidratar el organismo. También el contenido de sodio es muy valioso en este caso porque recarga sus pérdidas al sudar excesivamente.
No deberíamos olvidarnos ni de sopas espesas. Éstas pueden hasta sustituir una comida o una cena. Para que alimente lo suficientemente, se le echa más cantidad de su ingrediente principal. Con un trozo de pan o sin él representan una comida ligera baja en calorías.
Crema de remolacha con queso philadelphia (4 raciones)
Ingredientes: 1kg de remolacha, 0,5 l de caldo de verdura, 100 g de mantequilla, 100 ml de nata, 200 g de queso philadelphia, hierbas frescas (berro), sal
Cocer la remolacha limpia en el caldo de verdura hasta que esté blanda. Reservar una parte y el resto se tritura con la mantequilla y la nata en una crema suave. Sazonar. Picar el berro u otra hierba fresca y mezclar con el queso de untar y un poco de sal. Cortar la remolacha sobrante en daditos pequeños y sofreírlos con un poco de mantequilla. Mezclar con la crema y listo.
Idea: La sopa se puede mejorar con parmesano rallado. La fantasía no conoce límites.
Cappuccino de zanahoria (4 porciones)
Ingredientes: 1 kg de zanahoria, 100 g de mantequilla, 6 cucharas de nata, 1 l de caldo de verdura, 200 g de beicon en lonchas finas, nuez moscada, sal, hierbas frescas
Cortar la zanahoria en rodajitas y cocer con el caldo. Reservar una parte pequeña y triturar el resto con un poco de sal para obtener una crema homogénea. Suavizarla con nata y una parte de la mantequilla y aromatizar con nuez moscada. Se pone a cocer a fuego suave. Poner el beicon encima de una bandeja con papel de hornear y asarlo hasta que esté crujiente. Sofreír la zanahoria sobrante con el resto de mantequilla y meter en la crema. Decorar con el beicon.
Idea: La crema será más interesante si se le pone espuma de leche y hierbas frescas picadas.