El opio es un líquido seco que se obtiene de las cápsulas verdes de adormidera. Tiene un alto contenido de alcaloides, sobre todo morfina (droga analgésica y narcótica) y codeína, sustancias conocidas como opiáceos. El fuerte efecto narcótico del opio induce sensaciones de felicidad y euforia, calma el dolor y provoca una atenuación general del organismo.
El opio se aprovecha en la medicina y farmacología, por ejemplo para la producción de analgésicos. Sin embargo, la gran mayoría de opio sirve para la fabricación de la droga polisintética muy conocida, la heroína.
Extracción de opio
Se obtiene de la planta adormidera, de origen Papaver, comúnmente conocida como la amapola. El líquido pegajoso que sale de las cápsulas inmaduras endurece muy rápido cuando se expone al aire y se forman bloques a partir de él. Así se entrega a los laboratorios ilegales para su siguiente manipulación. Los países con mayores producción de opio son Afganistán, Tailandia, Birmania, India, Pakistán y Australia (Tasmania).
El opio crudo es el ingrediente básico indicado para la fabricación de drogas. En la India es por ejemplo en forma de bolitas que se ponen debajo de la lengua, en los mercadillos orientales está disponible opio con un efecto más débil, por lo que es más asequible para las clases sociales pobres. Para fumar en pipa se usa la ceniza de opio puro.
Usos y efectos de opio
El uso más frecuente hasta hace poco era fumándolo, mezclado con hachís o con un poco de tabaco. Hoy en día se pueden adquirir pastillas o láudano – opio diluido en alcohol, es decir tintura de morfina y codeína. La morfina se aplica también a través de las jeringuillas.
El opio provoca cambios de conciencia y sensaciones de lujuria física, estado tranquilo de éxtasis e impide la percepción del dolor. No causa alucinaciones ni otras visiones fantásticas, adormece. La euforia es más alta tras el uso de morfina. Entre los síntomas de abstinencia está la depresión, diarrea, vómitos, etc. El uso de opiáceos estrecha notablemente las pupilas, con lo cual se diferencian de los estimulantes, sustancias que aumentan la actividad, desde la cafeína y nicotina, hasta las amfetaminas, MDMA (éxtasis) o cocaína.
El opio en la medicina
Algunos opiáceos sintéticos se aprovechan también en la medicina. La morfina se usa por ejemplo para calmar dolores, sobre todo en los pacientes oncológicos o personas que sufren alguna forma dolor crónico. Las culturas del Este conocen a opio también como un medicamento contra las enfermedades diarreicas.
El opio se ganó mala fama a lo largo de la historia, se debe sobre todo a que crea adicción. Sin embargo, su capacidad de calmar un dolor incurable y aliviar así el sufrimiento de muchos pacientes, lo convierte sin duda en un medio positivo de la medicina.