Cada año mueren 7 millones de personas por enfermedades causadas por una tensión arterial alta. A menudo los enfermos ni siquiera saben que sufren hipertensión y por eso los médicos la han bautizado como el enemigo silencioso.
La tensión alta no duele, al principio no tiene que mostrar síntoma alguno, pero aun así causa el deterioro de las arterias y órganos sin los que el cuerpo no puede funcionar.
Y es tan peligrosa porque empieza a manifestarse cuando ya es tarde. Se pueden apreciar dolores de cabeza, sobre todo en el área de la frente. La enfermedad se da a conocer también con latidos rápidos de corazón, sudoración excesiva, trastornos en la visión, cansancio, insomnio, sangrados por la nariz, ruido en los oídos, mareos y pérdidas de conocimiento.
La hipertensión no tratada puede provocar infartos de miocardio o derrames cerebrales y también puede aumentar el riesgo de enfermedades de corazón, riñones y ojos.
Tener sobrepeso y fumar contribuyen a desarrollar hipertensión
Los mayores riesgos de padecer esta enfermedad se pueden presentar en personas con sobrepeso, fumadores, alcohólicos, personas que consumen exceso de sal, abusan de medicamentos y drogas o usan anticonceptivos hormonales. El riesgo se eleva también al consumir demasiado café o té y al sufrir estrés crónico.
Los registros europeos de infartos de miocardio demuestran que justamente fumar es uno de los factores más preocupantes. La edad media de hombres fumadores con su primer infarto se mueve alrededor de los sesenta, sin embargo, en los no fumadores es 10 años más tarde. La tensión alta afecta antes a los hombres que a las mujeres ya que éstas están protegidas por las hormonas sexuales, sin embargo, durante la menopausia empieza a alcanzar a los hombres.
Mide tu tensión para estar prevenido
Si perteneces en uno de los grupos de riesgo, deberías pedirle a tu médico de cabecera que te mida la tensión con regularidad. La tensión sanguínea es la fuerza que la sangre ejerce sobre las arterias. Con la influencia de la actividad del corazón y con su latido, la tensión no para de cambiar, por lo que las mediciones regulares harán posible «pillar a tiempo» cambios en el sistema cardiovascular y así prevenir el riesgo de infarto y otras enfermedades.
El valor óptimo de la tensión sanguínea es de 120-130/70-85 mm Hg, pero si alguno de los valores se dispara una vez, no tiene mucha importancia, ya que se puede deber al estrés momentáneo, por ejemplo.
Los médicos recomiendan también medirse la tensión en casa como prevención y también como un complemento estándar del tratamiento de la hipertensión. La ventaja de la medición doméstica se halla en poder observar la tensión regularmente a una hora concreta y en condiciones cotidianas normales. Así se evitan los valores elevados artificialmente al estar nervioso en el entorno ajeno de la consulta médica.
Menos sal, más deporte
No hace falta entrar en pánico con los primeros valores elevados, ya que la razón de ello puede ser el estrés o el empeoramiento del estilo de vida.
Primero podemos intentar cambiar las costumbres alimenticias, bajar un par de kilos y ver si los valores de la tensión vuelven al estado normal. También pueden mejorar en el caso de empezar a usar menos sal, dejar de fumar, beber menos alcohol y añadir una actividad física a nuestra rutina.
Si aun así nuestra tensión sigue elevada, es necesario consultar a un médico sobre un tratamiento farmacéutico adecuado que en la mayoría de los casos es muy efectivo, siempre y cuando se siga correctamente.
El día mundial del corazón
Se organiza cada año por la Federación Mundial del Corazón bajo el patrocinio de la OMS (Organización Mundial de la Salud). Participan más de 100 países de todo el mundo y este año cae en el 29 de septiembre, así que date prisa. Se creó para señalar el riesgo de infarto, derrame cerebral y otras enfermedades causadas por la hipertensión, para dar a conocer las formas de prevenirla, sus síntomas y su tratamiento.