El cabello se le cae a todo el mundo, es una forma de regeneración. Sin embargo, una caída excesiva, también llamada alopecia, tiene muchas formas y causas. Puede ser un asunto de herencia, síntoma de un trastorno de la piel u hormonal, pero también consecuencia del estilo de vida.
A primera vista se trata de un asunto cosmético, pero la alopecia es un problema común que tratan los médicos. Lo normal son de 100 a 120 cabellos caídos al día, pero desgraciadamente existe un único método de como medirlo: contar los cabellos caídos a conciencia durante del día.
Por lo general antes de eso se averiguan los antecedentes familiares, se buscan en el pasado del paciente diversas enfermedades o contacto con sustancias tóxicas, como el arsénico. También se investiga si sufre alguna enfermedad mental o usa anticonceptivos hormonales.
¿Mujeres y entradas?
A menudo los resultados muestran que se trata de alopecia androgénica causada por un nivel elevado de testosterona. En los hombres es más común, no reversible y en la mayoría de los casos hereditaria. Por lo general empieza entre el vigésimo y trigésimo año de edad, los pelos se estrechan, el flequillo va cediendo en las sienes y lo mismo pasa en el cogote. La piel se vuelve más seca y puede aparecer caspa.
En el caso de las mujeres es un poco distinto. El límite del cabello no cede, se hace más ralo en el cogote. Si apareciesen también las típicas «entradas» masculinas, habría que alertarse y si además esta alopecia estuviera acompañada por un crecimiento significante de pelillos en sitios poco comunes para las mujeres como el mentón, labio superior, tripa o alrededor de los pezones, la mujer probablemente tendría los niveles de hormonas masculinas más alto de lo normal.
La prevención es fundamental
No siempre se tiene que tratar de un problema grave, sino de una complicación cosmética, la cual soluciona un poco de cera, pero también se puede tratar en un síntoma de una enfermedad grave de los ovarios o los suprarrenales. Por eso siempre es mejor pedir una consulta preventiva en la endocrinología.
Esa suele tratar con la caída de cabello generalmente, ya que su calidad a menudo empeora también con la función reducida de la glándula tiroides (hipotiroidismo). El pelo suele ser más débil, lácido y ralo.
Otros síntomas que acompañan a estas complicaciones médicas son el cansancio, piel muy seca, ser fríolero/a y a veces hasta depresiones. En caso de este diagnóstico hay que contar con un tratamiento hormonal y visitas a endocrinólogo y dermatólogo.
Menos pelo después del divorcio
Puede haber más factores que conducen hacia la caída del cabello y algunos los podemos influir nosotras mismas. A propósito ponemos «nosotras mismas» porque mientras que en los hombres el papel principal lo interpretan los genes, en las mujeres la caída de cabello puede ser cuestión de salud física pero también del estilo de vida. Hace dos años se concentraron en ello los científicos americanos de la Case Western Reserve University.
El equipo del cirujano Bahman Guyron examinó 300 gémelo idénticos, cuando 66 pares de hermanos fueron hombres y 84 pares eran mujeres. Ya que los gémelos tienen las mismas predisposiciones genéticas, se podía contar con que su cabello se va a desarrollar igualmente. El resultado sorprendió, por lo menos en el caso de las mujeres.
Las que han pasado por un divorcio sufrían más la caída de pelo que sus hermanas felizmente casadas. El estado del flequillo empeoraba también por otras influencias, aparte de las complicaciones con la piel, tensión arterial alta o diabetes fueron tabaco, sueño irregular y factores estresantes como un trabajo difícil o educación de más hijos a la vez.