Cuando vas al gimnasio siempre esperas sudar la gota gorda para sentirte bien. Aunque hoy lave la ropa, mañana volveré a sudar igualmente, puedes pensar. Pero, ¿realmente hay que lavar la ropa sudada del gimnasio cada día?
¿Debo lavar todos los días la ropa del gimnasio o no?
Incluso si cuando vas a volver a hacer ejercicio y la ropa de ayer pasa el “test de nariz” no deberías ponerte las prendas que ya has sudado el día anterior.
Es verdad que en la piel de cada uno viven millones de bacterias, hongos e incluso levaduras. Pero la ropa que usas para entrenar absorbe el sudor de la piel y crea un entorno perfecto para que se desarrollen bacterias y levaduras que posteriormente pueden provocar infecciones.
Por ejemplo, la foliculitis podría llegar a surgir si no lavas la ropa que has llevado para entrenar. Sobre todo en las zonas donde las prendas están más ajustadas, como el culo o la ingle, son las zonas perfectas para la aparición de estas bacterias.
Otra de las que pueden presentarse son la tiña, la cual puede ser muy molesta y aparece sin previo aviso, sobre todo si utilizas prendas de licra, así que ojo.
Si a todo esto le sumamos que al gimnasio casi todo el mundo va a sudar, te darás cuenta en seguida que la transferencia de bacterias que de por sí no tienes es relativamente sencilla. Por supuesto algo imprescindible es usar chanclas en las duchas, pero ahora estamos más centrados en la ropa.
Como mínimo poner la lavadora en ciclo corto
Si aún tienes dudas de cómo podría pasar esto, piensa que tu piel es una zona sensible del cuerpo. Aunque no te des cuenta, muchas veces sufres microcortes en tu día a día, tanto en las manos y pies, como en otras partes que entran en contacto con objetos.
Con esto en mente, un simple arañazo en una mano, con la que te apoyes en un aparato o sitio en el que haya estado sudando alguien que no se ha cambiado de ropa, podrías terminar teniendo problemas.
Lo más conveniente es que la ropa que hayas usado para la sesión de hoy, la laves el mismo día o justo después de la misma. Esto acabará con las bacterias dañinas, incluso si solo lo pones en ciclo corto con agua fría.
Por supuesto no vale como excusa que hoy no hayas sudado o que hayas estado poco rato haciendo ejercicio. Basta con el movimiento que haces durante el día para que la ropa más íntima se convierta en un “criadero”.
Esto también depende un poco de cada persona, pues hay quien es más resistente a cualquier tipo de infección. En esos casos basta con el enjuagado rápido, mientras que si eres propenso a sufrirlas, deberás darle temperatura y un ciclo algo más intenso.
¿Sueles ir al gimnasio? ¿Cuantas mudas tienes para ir cambiando? Comenta y comparte.