Me vuelven loca los zapatos. Tengo unos pies diminutos y delicados que me encanta enseñar, y me encantan las sandalias y los tacones, pero no son siempre son estos zapatos los que me conviene llevar. Las sandalias pueden provocarte daños en los pies, pero los tacones tampoco se quedan atrás.
Desde dolores de cuello, hasta roturas fibrilares, callos, ampollas, e incluso migrañas. Elegir el zapato adecuado es difícil, y se convierte en una auténtica gincana cuando tu número es pequeño y se vende poco.
Además, salud y belleza se complementa, y no sólo queremos estar y sentirnos guapas. También, estar y sentirnos cómodas, con unos zapatos que combinen con la ropa, estén a la moda y sean fáciles de llevar.
Un calzado inadecuado pueden ser malo para la salud
Un buen zapato debe ser de un material que permita la transpiración. Normalmente usamos piel, pero últimamente hay algunos materiales nuevos, usados principalmente en los calzados infantiles. Éstos permiten una limpieza sencilla, un cuidado fácil y una buena transpiración. Qué tipo de tacón elijo.
Un tacón muy alto (más de ocho cm) nos va a obligar a meter barriga, a ir de puntillas y por consiguiente, nos cargarán las lumbares.
Un tacón muy fino, tipo stiletto, tacón de aguja, nos obliga a mantenernos en equilibrio sobre una base muy pequeña. Esto requiere un mayor esfuerzo y más equilibrio. Es frecuente con estos tacones, la aparición de callos y juanetes. Debido a que los pies tienden a ir hacia delante por la gravedad y el peso de nuestro cuerpo. Existen unas semiplantillas que protegen los dedos y evitan los daños al resbalar hacia delante.
Con tacones muy altos, además de las lesiones lumbares, es frecuente tener una conocida lesión llamada «sindrome de la cintilla ileotibial» en la que el dolor recorre la pierna desde la rodilla a la cadera por la cara externa del muslo.
El zapato plano puede provocar fascitis
Los zapatos planos, tipo manoletina o babucha, están bien para estar por casa, para descansar de los tacones cuando salimos de fiesta, pero no para grandes caminatas. Al tener la suela fina los músculos del pie están muy en contacto con el suelo, y hay una lesión muy frecuente llamada fascitis plantar. Da la sensación de «pie abierto».
Además de elegir un calzado que transpire necesitamos uno que sujete el pie. Ir con el pie suelto dificulta la marcha, haciendo más frecuentes las caídas. Así que ya sabes, las chancletas y las sandalias de dedo, déjalas solo para bajar a la piscina y olvídate de ellas para caminatas largas.
Lo ideal es llevar una suela gruesa con un poco de inclinación que varía en función de la altura, de un material flexible que se adapte a nuestra manera de caminar.
Has de buscar un zapato que te sujete bien el pie, pero que no te roce ni te apriete. También que no sea muy pesado y elige bien tu talla. Si son sandalias considera que el pie se puede hinchar en verano y entonces cederán un poco si son de piel.
Ojo con las tiras, porque aunque son muy vistosas, se clavan en la piel, y recuerda buscar las que te sujeten bien. Píntate las uñas y sal a caminar.
¿Qué tipo de calzado sueles utilizar? ¿Te duelen los pies o has tenido algún problema? Comparte y comenta.