Un aceite esencial es un producto vegetal altamente concentrado que se extrae de una planta aromática. Tal es su concentración, que con muy poca cantidad se pueden obtener sorprendentes efectos terapéuticos. En este artículo te hablamos acerca de los beneficios del aceite esencial de lavanda, un imprescindible en el botiquín natural del hogar.
¿Qué es el aceite esencial de lavanda?
El aceite esencial de lavanda es un producto que se obtiene al destilar las florescencias de esta planta, un arbusto conocido botánicamente con el nombre de Lavandula officinalis.
Posee una fragancia embriagadora y por este motivo es un ingrediente ampliamente utilizado en la industria de la cosmética y la perfumería. No obstante, sus propiedades medicinales y beneficios para la salud son sorprendentes.
¿Cuáles son los beneficios del aceite esencial de lavanda?
Existen numerosos aceites esenciales con increíbles propiedades, sin embargo, el de lavanda es uno de los más empleados y como verás puede utilizarse frente a múltiples afecciones. Por eso no debe faltar en tu hogar si quieres optar por un cuidado de la salud más natural.
Relajante
Uno de los principales beneficios del aceite esencial de lavanda viene dado por su efecto relajante. Esto lo hace muy útil para aliviar el nerviosismo, el estrés y la ansiedad, siendo también un excelente aliado en la conciliación del sueño.
Calma el dolor
El aceite esencial de lavanda es muy útil para calmar la inflamación y el dolor, pero además posee actividad antiespasmódica, por lo que puede aplicarse cuando el dolor está causado por contracciones fuertes e involuntarias del músculo, como es el caso de dolor estomacal o dolor menstrual.
Te protege frente a virus y bacterias
El aceite esencial de lavanda tiene actividad antiséptica y puede emplearse para proteger tu organismo frente a virus y bacterias. No solo cuando se produce una infección tópica, sino ante cualquier trastorno causado por un agente infeccioso.
Cuida tu piel
El aceite esencial de lavanda es capaz de mejorar numerosos trastornos de la piel, como la dermatitis o el acné. Regenera la piel y ayuda a mantenerla en un óptimo estado, por lo tanto, puede utilizarse también para mejorar cualquier proceso de cicatrización.
Optimiza los beneficios de otros aceites esenciales
El aceite esencial de lavanda actúa como potenciador, es decir, aplicado junto a cualquier otro aceite esencial, potencia los efectos del mismo.
¿Cómo utilizar el aceite esencial de lavanda?
El aceite esencial de lavanda puede utilizarse de múltiples formas, pero es importante que no se emplee en mujeres embarazadas o lactantes ni en niños menores de 3 años.
Para aplicarlo tópicamente se recomienda diluirlo en un aceite vegetal base (por ejemplo, aceite de rosa mosqueta). A pesar de eso, también puede inhalarse para lograr un rápido efecto, pulverizarse, incluirse en un quemador de esencias o añadirse al agua del baño, siendo esta última administración la más efectiva en casos de nerviosismo.
¿Te gusta el olor de la lavanda? ¿Aprovechas sus propiedades para cuidarte? Comenta y comparte.