¿Has oído hablar de las verduras crucíferas? Estas verduras altamente saludables también se conocen como verduras de invierno y entre sus múltiples propiedades medicinales destaca su actividad anticancerígena. ¿Quieres conocer qué beneficios te aportan las verduras crucíferas para prevenir el cáncer? Entonces no dejes de leer este artículo.
Qué son las verduras crucíferas
El nombre de verduras crucíferas hace referencia a un patrón en forma de cruz que se origina por las cuatro hojas que envuelven a la verdura.
También se conocen como verduras de invierno porque esta es la estación donde pueden ser cosechadas y consumidas. No obstante, debido a la tecnología alimentaria y a las cámaras de refrigeración, podemos encontrar verduras crucíferas en cualquier época del año.
Las principales verduras crucíferas son las siguientes:
- Col de Bruselas
- Coliflor
- Rúcula
- Brócoli
- Col rizada
- Col china
- Berro
- Rábano
- Nabo
- Chirivía
- Col lombarda
- Romescu
- Apionabo
Por qué las verduras crucíferas ayudan a prevenir el cáncer
Hipócrates, quien es considerado como el padre de la medicina moderna, ya advertía claramente el poder terapéutico de los alimentos, de ahí la siguiente cita célebre: «que el alimento sea tu medicina y que tu medicina sea el alimento».
Las verduras crucíferas son un excelente ejemplo de cómo la alimentación juega un importante papel terapéutico. Estas verduras poseen numerosas propiedades medicinales, pero entre ellas destaca su efecto anticancerígeno.
Las verduras crucíferas contienen vitamina C y cisteína. Ambos compuestos ayudan a eliminar los tóxicos acumulados en nuestro organismo y ejercen una potente acción antioxidante. Eso significa que previenen el daño que los radicales libres ejercen sobre moléculas tan importantes como el ADN.
Sin embargo, lo que hace de las verduras crucíferas un verdadero aliado en la prevención del cáncer son los glucosinolatos. Los glucosinolatos son sustancias presentes naturalmente en estas verduras cuando estas se encuentran en estado crudo.
Al masticar o triturar las verduras crucíferas se rompen las membranas celulares de la planta liberando una enzima conocida como mirosinasa. Esta enzima descompone los glucosinolatos dando lugar a 2 sustancias de demostrada actividad anticancerígena: isotiocianatos y tiocianatos.
Estas sustancias previenen cualquier tipo de cáncer, pero especialmente el cáncer de pulmón, de mama, de ovario, de estómago, de próstata y de colon.
Cómo consumir las verduras crucíferas para prevenir el cáncer
Las verduras crucíferas deben consumirse crudas, ya que la cocción destruye la enzima mirosinasa e impide obtener las sustancias anticancerígenas a través de los glucosinolatos. Para poder comerlas crudas y sin esfuerzo, se recomienda rallarlas y añadirlas a platos frescos, como por ejemplo ensaladas.
Respecto a la cantidad, se ha demostrado que 250 gramos diarios de verduras crucíferas son suficientes para eliminar de nuestro organismo las sustancias cancerígenas.
¿Incluyes verduras crucíferas en tu alimentación habitual? Prevenir el cáncer es un motivo más que suficiente como para revisar y modificar tus hábitos dietéticos. ¡Apúntate a esta inciativa!