Poco a poco, nuestro sistema inmunológico se queda sin aliento. Intentad arrancarlo con la ayuda de estas “bombas” vitamínicas naturales. Éstas, además de “la insuperable C”, contienen montones de nutrientes naturales y son mucho más eficaces que los preparados multivitamínicos que se venden en las tiendas.
Acai
Estos “arándanos brasileños” se han convertido en reyes de los “superfoods”, alimentos que además de su buen sabor, tienen efectos positivos para la salud. Crecen en palmeras y su aspecto y sabor se parece al de los arándanos normales, pero contienen dos veces más de sustancias beneficiosas. En general, cuánto más oscura es la fruta, más antioxidantes contiene y por tanto es más provechosa para el cuerpo. No sólo actúa contra enfermedades concretas sino que ayuda a mantener el organismo sano y joven. Picando estas bayas hasta podemos combatir las anginas.
Amalaki
El amalaki representa a la fuente natural más rica de vitamina C en el mundo. Tan sólo 100 gramos de esta fruta hindú contiene la misma cantidad que 2 kg de naranjas, 6 kg de plátanos o 15 kg de manzanas. Se le apoda “la fruta del cielo”, también amla, amlaka, amlaki o, coloquialmente, grosella hindú. Y no es sólo un suministro rico de vitamina C. Contiene vitaminas B1 y B2, un abanico amplio de bioflavonoides, aminoácidos esenciales y minerales (cromo, zinc, cobre, calcio, hierro y fósforo). Gracias a los taninos funciona como un antioxidante potente: elimina radicales libres que dañan las células y así ralentiza el envejecimiento. Parece que son los compuestos de taninos, los que toman mayor parte en los efectos “celestiales” de amalaki. Se ha demostrado que fomentan la actividad de enzimas que también acaban con los radicales libres.
Cebolla
Por fin algo normal y corriente pero al mismo tiempo muy eficaz. Según cuentan las abuelas, basta con dejar unas cebollas sin pelar en la habitación donde se duerme y éstas atraparán a todas las bacterias y las destruirán. A la conocida de la cocina apreciaréis en los resfriados, virosis y también neumonías. Las sustancias más efectivas se encuentran sobre todo en la especie morada, la blanca es la que menos vitaminas contiene. El luchador principal contra las anginas y gripe es la alicina, sustancia con gran efecto antibiótico. Un alto nivel de vitamina C y de ácido fólico mejoran la hematopoyesis (formación de sangre), tiene efectos rejuvenecedores en las células, fortalece al sistema inmunológico y mantiene nuestra menta activa.
Escaramujo
Uno de los productos más antiguos y probados en la medicina antigua. Se seca y luego se usa para hacer infusiones. Aparte de la mucha vitamina C que contiene, también es rico en vitaminas B1, B2, carotenos (de los cuales el cuerpo puede crear la vitamina A), P, K y ácido nicotínico. Si os habéis secado unos escaramujos, consumidlos en el mismo año, sino pierden más de la mitad de la vitamina C.
Col fermentada
Tan sólo tres raciones de col (o también brócoli crudo) pueden en un mes reducir el riesgo de padecer de cáncer de vejiga hasta un 40 %. La col fermentada contiene mucha más vitamina que la col fresca. Eso se debe gracias a la actuación de las bacterias de fermentación del ácido lácteo. Tan sólo 200 gramos de esta col cubre la necesidad diaria de la vitamina C. También actúa contra depresiones y el contenido del grupo de vitaminas B es bueno para el sistema neurológico. La col fermentada reduce la tensión arterial, colesterol y azúcar en sangre. Los flavonoides que contiene fortalecen las arterias y el sistema inmunológico y reducen el riesgo de contraer alergias. También es rica en vitamina K, minerales (potasio, hierro, calcio, zinc, magnesio, fluór) y enzimas. La col preparada de esta manera fomenta la creación de glóbulos rojos y hormonas. Activa el sistema inmunológico para la lucha contra los virus y bacterias y además refuerza el organismo contra las infecciones.
Grosella negra
Es muy rica en vitamina C, carotenos, retinol, calcio y otros nutrientes, así que tan sólo 40 bayas cubren nuestra necesidad diaria: ¡una baya contiene hasta 2 mg de vitamina C! Sus hermanos rojo y blanco tienen unos efectos similares, lo cual convierte a la grosella en una fruta adecuada para fortificar las defensas. También la rutina (vitamina P) es muy importante y tiene un gran significado para la salud de nuestro sistema circulatorio. Del grupo de vitaminas B encontraremos en la grosella la niacina (B3) y el ácido pantoténico (B5), vitaminas beneficiosas para nuestros nervios, cabello y piel. Como ya hemos mencionado, las bayas de grosella son ricas en carotenos, antioxidantes importantes, que se transforman en el cuerpo en vitamina A, protector de nuestra vista y mucosas y estimulador del sistema inmunológico.
Kiwi
Cuando apareció en las tiendas se le asignaban efectos casi milagrosos. ¡Y no se iba mucho de la verdad! Acelera el comienzo del efecto de la vitamina C, de la cual contiene altos niveles. Así que es bueno tomarlo en resfriados o gripes y para fortalecer el sistema inmunológico a largo plazo. Junto con el magnesio que contiene ayuda a mejorar el estado de las encías y reforzar los vasos sanguíneos. Aparte de eso, la vitamina C es un antioxidante esencial. Así el kiwi ayuda a combatir los radicales libres. Es un alimento adecuado para mantener el corazón, los músculos y los huesos sanos. También se puede encontrar la vitamina E y B6, magnesio, fósforo, potasio y calcio.
Espino amarillo
Es una fuente rica en muchas vitaminas, sobre todo la C (10 veces más que en una naranja) y sabe estimular las defensas. Tiene efectos anticancerígenos y antidepresivos y depura todo el cuerpo. Y también sirve para tener la piel y el cabello bonitos. Crece casi en todas partes y puede curarlo casi todo. Pero hay que meterlo en el cuerpo de alguna manera. Se puede aprovechar la planta entera desde la raíz hasta las hojas o las bayas. Se trata de un concentrado natural de vitaminas A, B1, B2, B6, C, D, E, F, K y P. Contiene caroteno, ácido fólico, ácidos orgánicos, flavonoides, sales minerales y ácidos grasos esenciales omega 3, 6 y 9, los cuales reducen el riesgo de padecer ictus e infarto y evitan la caída y la sequedad el cabello.
Los cítricos
Representan un gran suministro de vitamina C también conocida como ácido ascórbico. Como ya hemos dicho antes, es un potente antioxidante, así que ayuda en la lucha contra el cáncer. Si tomamos suficientes cítricos, nuestro sistema inmunológico funcionará perfectamente y evitaremos algún que otro resfriado. La cantidad de la vitamina C en 100 mg de un cítrico se mueve entre 30 y 50 mg. La cantidad diaria recomendada de esta vitamina es de 60 mg, así que si consumimos dos frutos cítricos grandecitos, hemos cumplido. En los últimos años se empieza a dar importancia al contenido de “fitoquímicos” (limonoides, flavonoides, carotenoides, etc.) en los cítricos. Estas sustancias actúan en muchas áreas de nuestro cuerpo, sobre todo contra el cáncer (de mama, piel, pulmón, …) y enfermedades infecciosas. Para que no nos falten estas sustancias, se recomienda consumir cítricos a diario.
Ajo
Contiene casi 400 sustancias curativas y beneficiosas para el organismo humano y por supuesto es uno de los antioxidantes naturales más eficaces. Es muy curioso por sus efectos antibióticos, los cuales son 50 veces más altos que en el caso de la penicilina. Y además tiene una ventaja en comparación con los antibióticos comerciales, y es que el organismo no crea resistencia a este antibiótico natural que representa el ajo. Este efecto se debe gracias a los altos niveles de alicina, también presente en la cebolla. Para conseguir el efecto deseado, desgraciadamente no nos desharemos de su típico olor, ya que los científicos demostraron, que los preparados en píldoras pierden rápido este efecto.